Que nuestro proyecto en Internet pudiera desaparecer de la noche a la mañana, sin previo aviso, y de manera definitiva, no suele formar parte de las previsiones de casi nadie, ni siquiera cuando se planifican respuestas ante situaciones catastróficas. Simplemente esperamos que nuestro sitio web siga creciendo y aportando más clientes, y en el peor de los casos puede que nos veamos obligados a invertir algo más en nuevas acciones de marketing, o que sea necesario resolver algún incidente pasajero, pero de ningún modo se suele tener en mente nada que pueda resultar letal.
Precisamente por esa tranquilidad y desconocimiento del riesgo que corren los proyectos web, cuando llega lo que no hemos previsto, siempre nos sorprenden a contrapié sin saber qué respuesta dar.
Seguramente si ahora le preguntásemos a quienes tiene un sitio web y dedican tiempo y dinero al mismo, sobre los riesgos que pueden identificar que los alejaría de la placidez de un funcionamiento sin incidentes, nombrarían los siguientes:
- Hackeo de su sitio web
- Penalización de Google
- Falta de resultados
- Debilidad económica e imposibilidad para seguir manteniéndolo
- Competencia asfixiante
Sin embargo ni uno solo de esos riesgos conduce al desastre de un proyecto que puede quedar anulado por completo y de manera definitiva, o que incluso puede causarnos un daño enorme, porque ya no es sólo que el proyecto desaparezca, sino que además pueda perjudicarnos.
1- Hackeo
En contra de lo que podría suponerse los fallos de seguridad no son tan catastróficos como algunos imaginan. Quienes utilizamos WordPress y sus plugins sabemos que cada cierto tiempo suele aparecer alguna vulnerabilidad, pero teniendo el necesario cuidado en las actualizaciones y no dejando que se acumulen plugins que se quedan obsoletos, el riesgo se reduce notablemente. Si además añadimos algún programa de seguridad complementario reduciremos todavía más la probabilidad de incidencias poco agradables. En estos casos resulta de agradecer una copia de seguridad que se acumule durante un par de semanas en un servidor externo, pues esto reducirá el riesgo a valores mínimos.
2- Penalizaciones de Google
Las penalizaciones de Google ciertamente pueden ser catastróficas, y son lo que más se parecen a la situación planteada pero si, por ejemplo, hemos llegado a una penalización por la compra de enlaces, o por cualquier otra técnica para intentar manipular nuestra aparición en Google, podemos deshacer nuestros errores solicitando a Google una revisión tras el envío de un archivo con todos los enlaces que no queremos que tenga en cuenta, o eliminando texto oculto, reduciendo la sobre-optimización, o solucionando una incidencia de “puertas traseras”. Sabemos que el daño ya está hecho y, en algunos casos, tal vez no tendremos la oportunidad de salir indemnes, pero de ninguna manera lo vamos a perder todo.
3- Ausencia de (buenos) resultados
La falta de resultados casi siempre termina, en el plazo de uno a tres años, por hacer desparecer multitud de proyectos. En el sector de las tiendas online se menciona que hasta un 80-85% pueden desaparecer a los dos o tres años de haberse puesto en marcha. Pero tampoco en este caso estamos ante una catástrofe fulminante. Los emprendedores no suelen abandonar tan fácilmente sus proyectos aunque con ellos sólo pierdan dinero.
4- Nos quedamos sin dinero
La falta de capital para mantener, o hacer que crezca, nuestro proyecto también puede sumar riesgos difíciles de superar porque cuando dejamos de invertir en nuestro sitio web los resultados se empobrecen y nos colocamos en la situación anterior de falta de resultados que pone en riesgo nuestra continuidad.
5- Demasiados competidores
En ocasiones aunque realicemos un buen trabajo, y nuestra inversión sea notable, puede que nos encontremos en un sector muy competido donde resulte excesivamente complicado obtener resultados. Volvemos de nuevo a poner en riesgo un proyecto que puede demostrar ser insostenible.
Entonces, si nada de lo anterior puede poner en riesgo de manera fulminante nuestro proyecto, ¿qué nombre tiene ese peligro oculto que puede resultar tan terrible?
El nombre de la bestia
Algo tan elemental y aparentemente alejado de cualquier riesgo que, por eso mismo, hay multitud de personas que no le prestan la atención debida.
Los proyectos en Internet pueden desaparecer de manera instantánea si perdemos la propiedad de nuestro dominio.
Esa es la clave.
Los motivos por los cuales se puede llegar a perder un dominio son múltiples:
1- Que utilicemos unos datos de acceso al panel del registrador nada seguros, y nos roben el dominio.
2- Que perdamos los datos de acceso y ni siquiera recordemos dónde teníamos registrado el dominio. Es un caso menos grave a pesar del despiste total que demuestra, salvo que ese olvido y desconocimiento coincida con la caducidad del dominio que complicaría algo más esa situación.
3- Que el registro nos lo gestione otra persona, o empresa, que por diferentes razones se niegue a entregarnos el control sobre nuestro dominio. Este caso de secuestro, en plan mafioso, es más común de lo que sería deseable.
4- Que utilicemos datos falsos en el registro y terminemos perdiéndolo.
5- Que empleemos una dirección de correo de contacto con clave poco segura o que perdamos la propiedad el correo, con lo cual se puede producir fácilmente el robo del dominio.
¿Por qué la pérdida de un dominio puede conducir a una situación catastrófica?
Porque a pesar de que podamos recuperar todos los archivos pues seguirán alojados en el servidor, y a pesar de que podamos recuperar el dominio, durante un tiempo, o incluso de manera definitiva, vamos a perder por completo el control del dominio y, lo que es peor, no vamos a tener ningún control sobre lo que muestre en las nuevas páginas, y eso, para una empresa, puede conducir a lo peor imaginable.
Dar por perdido el dominio y comenzar con otro nos situará ante Google como si empezásemos desde cero, aunque sea con nuestro contenido antiguo, pues no tenemos opción a hacer una redirección 301. Así que nuestro historial se perderá y tendremos que despedirnos de todos nuestros enlaces entrantes.
Además, ¿qué ocurrirá con las tarjetas de visita, revistas, rótulos… en los que aparezca nuestro dominio perdido?
Imaginad que hemos anunciado nuestra clínica en folletos y revistas, y que tuvimos el cuidado de que siempre apareciese mencionado nuestro dominio, y que de repente nos lo roban y en lugar de las páginas de nuestra clínica publican páginas pornográficas.
¿Os imagináis el panorama que podemos tener por delante?
Si ahora empezáis a ser más conscientes del riesgo, no olvidéis utilizar unas contraseñas seguras tanto en el panel del registrador como en el correo principal asociado al dominio.
Dos casos reales (entre cientos o miles):
Aquí tenéis dos casos que no llegaron a ser catastróficos pero que si condujeron a las propietarias de los sitios web a vivir una experiencia muy desagradable.
Robo y recuperación de un dominio:
https://www.ciudadano2cero.com/me-robaron-dominio-logre-recuperarlo/
La historia no estuvo nunca muy clara. Pudo ser un robo de dominio, o de los archivos del sitio web, o de ambos, en los que parece ser que estuvo implicado un «ex», o por lo menos eso se publicó:
http://www.elmundo.es/loc/2016/10/22/580a51da468aebbd4c8b4672.html
- 50 rápidos consejos para ganar, y no perder, dinero en Google Ads (AdWords) - 21 septiembre, 2019
- Automatizando AdWords. Los scripts (1): Detector de anomalías - 26 julio, 2018
- El riesgo de contagio - 23 julio, 2018