Internet para promocionar a los fisioterapeutas. Oportunidades y desastres.

Guía para la promoción de fisioterapeutas, clínicas de fisioterapia y otras empresas (0)

Internet se ha convertido en pocos años en un medio absolutamente necesario para cualquier empresa aunque, en ocasiones, no se sepa muy bien a qué responde esa necesidad, ni tampoco se haya visto una mejora de los resultados que de verdad interesan, porque ahora se habla mucho de visitas conseguidas, de likes o de followers, pero ¿dónde han quedado las ventas y los nuevos clientes?  Esto no ha impedido que se extendiese la idea de que estábamos ante un nuevo El Dorado de prosperidad para quienes decidiesen apostar por esta nueva cara de la modernidad, a pesar de que esa manera de verlo haya tenido que ir contra corriente en tantos casos en los que termina siendo el medio ideal para perder el tiempo, el dinero y las ganas de seguir escuchando a quienes, o no sabían lo que decían, o hablaban de oídas, pero nos insistían, a pesar de todo, diciendo que era una locura no formar parte de esa gran comunidad.

Ante Internet no se tenía la oportunidad de elegir, o te subías a esa red de comunicación, o te condenabas a ti mismo al aislamiento. Por esa razón bastantes empresarios, sobre todo los que conservaban una mentalidad más tradicional, se vieron empujados para recorrer este nuevo camino sin que supiesen interpretar lo que se les venía encima, así que de una manera prudente tan sólo intentaron cubrir las apariencias. Actitud que no fue de gran ayuda para ellos pues, no consiguieron resultados apreciables con proyectos que se ponían en marcha sin ninguna confianza, y con el paso del tiempo formaron parte de esa marginalidad de la que pretendían huir pues se quedaron aislados en sitios web que nadie conocía.  Con las webs ha sucedido, en cierto modo, lo mismo que en Estados Unidos con los coches. Han llegado a ser tan imprescindibles que hasta las personas que no tienen carnet de conducir pueden solicitar su tarjeta de identificación de no conductores para no sentirse marginados. Esas tarjetas de no conductores, aunque se pueden utilizar como documento de identificación no cumplen la que debería de ser su principal finalidad y en ese sentido son como tarjetas de crédito sin fondos, o webs que nadie visita, pero que se tienen porque hay que tenerlas, aunque con ellas se arrastre la carga que no deja de confirmarnos que son otros los que ganan, y no nosotros.

A pesar de que, como veremos ahora, son multitud a quienes les ha ido mal, no hay razón para pensar que en nuestro caso no sea posible tener la fortuna que a esos se les ha negado.

Si evitamos los errores que ellos cometieron y logramos avanzar con decisiones que han demostrados ser correctas, nos esperan multitud de clientes que utilizan a diario Internet y que buscan a profesionales, o empresas, para contratar sus servicios, porque efectivamente Internet tiene cada año más importancia para el mundo empresarial.

Un avance imparable

Casi sin darnos cuenta las declaraciones de la renta se empezaron a presentar a través de Internet, la música la descargábamos sin tener que comprar CD’s, los periódicos con soporte en papel empezaron a ser algo del pasado y los billetes de avión o la reserva de habitación en un hotel se completaban también a través de este medio.

Empezó a ser evidente que, para bien o para mal, esta red que asociábamos a sonidos “marcianos” quienes nos conectábamos a ella en los primeros años de su existencia, tenía tanto que ofrecer que había llegado para quedarse y para imponer una nueva manera de relacionarnos con el mundo.

https://www.youtube.com/watch?v=aV8DEJ8ydJQ 

Las ventas online no han dejado de crecer:

http://www.elmundo.es/economia/2015/02/12/54db4eeeca4741ad788b456c.html

Las empresas prevén incrementar sus ventas:

http://www.lavanguardia.com/economia/20170121/413543207001/mango-ventas-internet.html

Internet ha pasado a ser un derecho fundamental de cualquier ser humano:

http://elpais.com/elpais/2016/12/08/planeta_futuro/1481198725_973593.html

Incluso se habla de nuevas adicciones:

http://elpais.com/elpais/2015/06/24/masterdeperiodismo/1435159121_214029.html

Internet está en todos lados y como no podía ser de otro modo, nuestras costumbres han cambiado.

Mientras que hace una década salíamos a la aventura para comprar ropa, sin saber lo que íbamos a encontrar, ahora las compras las podemos planificar desde casa, incluso las podemos completar sin desplazarnos y nos las traen a nuestro domicilio, e incluso en los servicios más avanzados están previstas devoluciones sin coste alguno.

Si algo destaca en estos nuevos hábitos es la superficialidad, en el sentido de que se intenta ampliar, en su extensión, el conocimiento de lo ofertado lo máximo posible aunque el conocimiento que se tenga, en lo particular, sea mínimo. De esa manera los usuarios “pierden” menos su tiempo profundizando en temas que no van a aportar nuevas ventas. No digo que esto haya sido impuesto premeditadamente por las grandes empresas que controlan este medio pues tampoco tienen la capacidad para modelar nuestras actitudes, sino más bien que han favorecido  lo que más les beneficiaba. Hay que reconocer Internet tiene un carácter relacional que se materializa en los vínculos, y ante la descomunal oferta de contenidos y la manera de proceder de los usuarios, resulta más interesante que un usuario no se entretenga demasiado en una sola página y en el mismo tiempo visite diez, que se van a transformar en diez oportunidades de hacer negocio.  

De hecho, ese comportamiento se puede rastrear perfectamente en los sitios web. Incluso los que prestan más cuidado a los contenidos descubren que los usuarios que se terminan convirtiendo en clientes emplearon, tal vez, no más de dos o tres minutos para contactar y marcharse.

Como vemos, Internet ha hecho suyo el mundo de los negocios, y ha entrado con tanta fuerza que hasta ha cambiado hábitos y comportamientos, y ha impuesto sus propias reglas.

Sin embargo, demasiadas empresas y profesionales siguen perdiendo su tiempo y su dinero

¿Cuántas veces has añadido a la barra de Favoritos de tu navegador las direcciones de sitios web, sobre todo de tiendas online, que te han resultado interesantes y con el paso de los meses te has encontrado que ya no existían? No creo ser el único que ha ido dando de baja multitud de direcciones, en ocasiones de páginas que se pusieron en marcha con una ilusión enorme y que reflejaban un notable esfuerzo para hacerse con un hueco del mercado.

Aunque no hay estudios realizados sobre miles de sitios web, lo que nos mencionan dos empresas españolas sobre el comercio electrónico no difiere demasiado:

Ricardo Tayar de la empresa Flat101, dio a conocer unos datos verdaderamente preocupantes, el 85% de las tiendas online en las que se invierte menos de 10.000 euros no llegan a cumplir los dos años.

http://www.elmundo.es/comunidad-valenciana/2016/05/21/57401de422601d252e8b4589.html

Muy similar es lo que nos decían desde Doofinder pues según ellos el 80% de las webs de comercio electrónico no logran ser rentables para seguir con su negocio y terminan cerrando antes del tercer año.

Seguramente los sitios web corporativos no tiene un porcentaje tan elevado de cierres, no tanto porque consigan mejores resultados, sino porque de ellos ni siquiera se sabe lo que se puede esperar, y por lo tanto, tampoco sus responsables encuentran motivos para cerrarlos, salvo que su mantenimiento resulte demasiado costoso. ¿Cómo puede fracasar un sitio web que tan sólo sirve para tener correo electrónico y que está creado para que lo visiten los familiares y amigos, o a quienes les entreguemos una tarjeta de visita? Si de una web nada se espera, se supone que por pobres que sean sus resultados nada se está perdiendo.

Por lo tanto, podemos hablar de proyectos que nacen fracasados y que ni siquiera sus propietarios son conscientes de que están perdiendo su tiempo y su dinero. Como no saben lo que de ellos se puede esperar, tampoco tienen la sensación de que algo puede estar fallando. En cierto modo viven en una nube de complacencia.

Incluso considerando los datos menos negativos que sólo afectan al 80% de webs de comercio electrónico, podemos asegurar que del 20% restante, bastantes pasan por apuros notables para seguir adelante. Siempre sucede así en cualquier sector. Donde hay 80 empresas que se ven obligadas a cerrar, encontraremos en su entorno a otras más que siguen abiertas con unos beneficios mínimos.

Entonces, ¿Internet sólo es útil para unos pocos?

La idea que se extendió hace ya algunos años sobre el carácter democrático de Internet ha causado un daño notable, porque se ha presentado este medio como si ofreciese igualdad de oportunidades para todos los emprendedores y eso es rotundamente falso.

Si bien es cierto que cualquier empresa tiene opción para quedarse con una parte del negocio de su sector, más cierto es que todo el movimiento comercial se concentra en manos de pocas empresas que se encuentran en una posición inalcanzable para quienes modestamente quieren acceder a parte de ese negocio.

La demostración de esto que menciono se puede realizar desde diferentes posiciones:

De manera destacada los usuarios de Internet utilizan Google para localizar servicios o productos de su interés. Por lo menos, no es frecuente que alguien se dedique a probar nombres de dominios escribiéndolos en su navegador, para ver si la fortuna le sonríe y acierta con las empresas de su interés.

Hace años ya se mencionaba la posición dominante de Google en el sector de las búsquedas. Hoy día el verbo googlear ya es equivalente a buscar en Internet, y nadie recuerda a Altavista, Lycos o Ask. Eso quiere decir que en cada búsqueda, las reglas las impone Google, así que sus usuarios sólo van a encontrar en cada búsqueda unas 10-20 empresas que tienen alguna probabilidad de que hasta ellas llegue algún potencial cliente. No es frecuente que se profundice en el número de empresas de cada búsqueda debido al comportamiento superficial que antes mencioné.

Entre los 20 primeros resultados ofrecidos por Google podemos encontrar hasta 4-6 anuncios de Adwords.


Además en ocasiones nos encontramos también con varias páginas de un mismo sitio web, lo que reduce todavía más el número de empresas que van a recibir visitas en sus webs.

Sumémosle a esto que Google estableció hace años, en sus resultados, un difícil equilibro entre webs con calidad y otras que no la tenían. La “virtud” de las webs de baja calidad es que arrojan fuera de los primeros resultados a otras que seguramente esperaban captar clientes gracias a su trabajo realizado en Internet.

También hay que considerar que a Google no le ha interesado diferenciar en su buscador entre búsquedas comerciales y otras centradas en la búsqueda de información. En lugar de hacer esto lanzó su servicio de Google Shopping que también es de pago.

Es cierto que los usuarios pueden localizar empresas de su interés por otros medios, por ejemplo, por medio de anuncios o banners en los sitios web, pero de nuevo es Google quien domina ese sector con su sistema de publicidad llamado Adsense.

Lo que nos demuestra Google, con su búsqueda de resultados económicos, es en contra de lo que mencionan en sus consejos para posicionar webs, realmente ellos hablan de ofrecer una experiencia agradable a los usuarios,  si atendemos sólo a la calidad de lo publicado, la opción que tendremos para conseguir clientes es nula, cero, inexistente, sobre todo en sectores donde son numerosos los competidores.

La siguiente gráfica refleja la trayectoria de una empresa española desde enero de 2004 hasta enero de 2017.

Su calidad de contenidos fue incrementándose a lo largo de los años, pero eso carecía de importancia para Google, que priorizó los resultados de pago en su buscador. 


Si todo lo anterior fuese poca contrariedad para quien comienza con su proyecto, se va encontrar que Internet está creada en torno a grandes empresas, que son las que aparecen en los periódicos online, que se mencionan en los blogs, pero ¿quién se acuerda de una pequeña empresa que acaba de comenzar?

Ahí no acaban las desgracias, pues incluso en la marginalidad hay grandes empresas. Son esas que descartaron competir contra los más grandes y se dedicaron a luchar por términos que también pueden aportar visitas de interés aunque en principio sean de segundo orden (es lo que se llaman long tail), así que los más pequeños, que son mayoría, lo tienen muy difícil.

http://www.ddw.com.ar/blog/115-planificacion-y-estrategias-online/521-long-tail-en-los-negocios-e-internet

Por último, hay que considerar que cada nuevo emprendedor se enfrente al historial de cientos o miles de proyectos, que llevan años funcionando y que lo superan en todos los sentidos. ¿Cómo se puede competir contra webs que ya tienen su público fiel y acumulan decenas o cientos de miles de páginas y son una referencia en su sector? Pensad en vuestro comportamiento a la hora de comprar. ¿Creéis que sería probable esperar que un buen día se os ocurriese dejar de comprar en amazon.es o en elcorteingles.es o en cualquier otra gran tienda para buscar una web sepultada entre cientos de resultados en Google? No es que sea imposible que eso suceda, ¿pero apostaríais vuestro dinero haciéndolo depender de ese tipo de ocurrencias?

Sin embargo, a favor de los que llegan ahora, de los nuevos emprendedores, está la valoración favorable de Google a las noticias de actualidad, pero seamos realistas, una persona que sólo puede dedicar a Internet una cantidad moderada de tiempo, y tampoco puede realizar una gran inversión, nunca llegará a alcanzar a los sitios web de gran tamaño que se quedan con la mayor parte del negocio.

Este cúmulo de contrariedades en realidad no tiene fin porque si todo lo anterior juega en contra de los nuevos proyectos, sólo hay que darle tiempo a los emprendedores para que terminen por completar el desastre.

Si Google pone zancadillas, los propietarios de sitios web se autosabotean constantemente. Esto lo veremos en un próximo artículo.

Qué se puede hacer para conseguir clientes en Internet

La respuesta a esa pregunta llegará en los próximos artículos. Mi intención es centrarme en lo que de verdad le importa a quien va a poner en marcha un proyecto en Internet, es decir, que este medio le sirva para la captación constante de nuevos clientes.

A diferencia de lo que puede leerse en otras páginas de multitud de blogs, algunas de ellas de una calidad magnífica y que yo recomendaré en estos artículos para quien desee ampliar sus conocimientos, lo que pretendo es aportar una visión de conjunto que ayude a orientarse con soltura en esta selva formada por programas, webs, técnicas, reglas… que en ocasiones nos impide identificar el camino correcto a seguir.

Hay demasiadas personas que se pierden en los detalles, que se dedican a contar palabras claves en sus artículos, o que utilizan caros programas de análisis, que en ciertos casos pueden ser muy útiles, pero en los inicios sobre todo tiene que ponerse a funcionar el sentido común.

Así que con vuestro permiso, vamos a sentar las bases para captar clientes en Internet.

Serafín H. Bellido
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